Los cinco vehículos más elegidos por los argentinos son: Fiat Cronos; Toyota Hilux, Peugeot 208, Volkswagen Amarok y Ford Ranger.
En febrero se alcanzaron 30.141 patentamientos de automóviles y vehículos comerciales livianos, de los cuales un 53,3% fueron modelos importados y el restante 46,7% de producción nacional, de acuerdo con las cifras de la Asociación de Concesionarias de Automotores (Acara),
Este desempeño se refleja en los modelos más vendidos durante el primer bimestre del año, ya que los cinco vehículos más elegidos por los argentinos son de producción nacional: se trata del Fiat Cronos; Toyota Hilux, Peugeot 208, Volkswagen Amarok y Ford Ranger.
Esa demanda creciente de vehículos nacionales empieza a tener correlato con lo que ocurre en las terminales, las que en enero tuvieron una producción de 25 mil unidades, con un incremento en el nivel de actividad superior al 20%, tendencia que se espera se consolide con las cifras de febrero que se darán a conocer a mediados de la semana próxima.
Las razones de este equilibrio entre nacionales e importados que no tenía similar paridad desde 2016, responde a diversas situaciones que se explican con distintos argumentos desde el Gobierno, las terminales y las concesionarias
Desde el lado oficial se destacan los resultados que se están obteniendo en la mesa de diálogo con toda al cadena de la industria automotriz, en la que los voceros consultados destacaron que las terminales están haciendo un trabajo articulado que va de la mano de la política industrial actual, aumentando la localización de autopartes en cada uno de sus nuevos modelos.
Así se observa también en las inversiones en marcha por parte de las automotrices para la producción del nuevo VW Taos que saldrá a la venta este año, la nueva Ford Ranger que se lanzará en 2023; las nuevas versiones de la Toyota Hilux y su proceso de relocalización de autopartes hacia 2025.
También son parte de este proceso industrial la recientemente lanzada Renault Alaskan, y su antecesora en la misma planta de la provincia de Córdoba, la Nissan Frontier, así como el nuevo modelo del Peugeot 208.
La otra mirada del fenómeno está referida a las restricciones cambiarias, que también alcanzan al sector automotor y que limitan la disponibilidad de divisas para que las marcas puedan sumar unidades a su oferta.
En ese sentido, el sector privado entiende que continúa convalidándose la
lectura de que las restricciones macro siguen y seguirán poniendo un límite a la actividad, y que el desempeño de las ventas minoristas de vehículos nuevos está más afectado por la oferta que por la demanda.
Así, se asegura que la disponibilidad de unidades por parte de las concesionarias es limitada por problemas de abastecimiento de unidades importadas, y la incertidumbre respecto de la reposición del stock.
Por este motivo, es que la industria sigue dialogando con el Gobierno en la búsqueda de un equilibrio entre el crecimiento de las operaciones locales en las concesionarias, la producción y el empleo nacionales, las necesidades de importación y la balanza de divisas.
En el marco del Acuerdo Económico y Social, asimismo, se acordó con las cámaras empresarias y los sindicatos del sector un proyecto de ley que establece beneficios fiscales (devolución anticipada de IVA, amortización acelerada en el impuesto a las Ganancias y eliminación de derechos de exportación).
Esos estímulos buscan impulsar las inversiones que se concreten a partir de 2021 en nuevas plataformas de producción de vehículos, exclusivas a nivel regional; en nuevas autopartes (en ambos casos con un nivel de integración mínimo de 30%, pieza sobre pieza) y en procesos industriales.
En materia de incentivos a la exportación, se consensuó un esquema de derechos y reintegros a las exportaciones que implica una baja respecto de las retenciones gravadas desde 2018: desde este año, los envíos incrementales del sector (tomando como base los exiguos volúmenes exportados de 2020) tendrán derecho de exportación 0%.
A la vez, se corrigieron los derechos del segmento autopartista, con una baja a 0% de los clasificados como bienes finales y 3% para aquellos que son insumos elaborados.
Junto con estos incentivos, se subieron los reintegros a la exportación, con un piso de 7% para los bienes finales y de 5% para los insumos elaborados del complejo automotor, concluyó el informe del Ministerio de Desarrollo Productivo.